CIBERSEGURIDAD

Cómo prevenir el phishing en tu empresa

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El auge del phishing como amenaza empresarial

El phishing es una de las técnicas más utilizadas por los ciberdelincuentes para robar información confidencial. Consiste en suplantar la identidad de entidades legítimas mediante correos electrónicos, mensajes SMS o sitios web falsos. El objetivo es engañar a los usuarios para que revelen datos sensibles como contraseñas, credenciales de acceso o información financiera.

Según el Informe de Ciberseguridad en España de INCIBE, más del 80% de los incidentes registrados en el ámbito empresarial durante el último año estuvieron relacionados con intentos de phishing. Esta cifra pone de manifiesto la importancia de establecer medidas preventivas sólidas en las organizaciones.

Tipos de phishing que afectan a las empresas

Existen diferentes modalidades de phishing que pueden poner en riesgo a una empresa:

  • Phishing masivo: mensajes enviados indiscriminadamente a múltiples destinatarios con el objetivo de engañar a alguno de ellos.
  • Spear phishing: ataques dirigidos a empleados concretos, utilizando información específica para hacer el engaño más creíble.
  • Whaling: enfocado en directivos o altos cargos, suplantando a proveedores o socios estratégicos.
  • Phishing telefónico (vishing): llamadas que simulan ser del banco, soporte técnico u otros servicios de confianza.

Principales señales de alerta

Es fundamental formar al personal para identificar señales típicas de un ataque de phishing:

  • Correos que contienen errores gramaticales o de ortografía.
  • Solicitudes urgentes para realizar pagos o compartir datos.
  • Enlaces que redirigen a sitios con URLs sospechosas.
  • Archivos adjuntos inesperados o con extensiones inusuales.
  • Remitentes desconocidos o direcciones de correo ligeramente alteradas.

Medidas preventivas técnicas

Además de la concienciación del personal, existen herramientas técnicas que pueden mitigar significativamente el riesgo:

  • Filtros antiphishing y antispam: configurados en los servidores de correo.
  • Autenticación multifactor (MFA): para acceder a servicios sensibles.
  • Certificados digitales: para validar la identidad de los emisores.
  • Sistemas de detección de intrusos (IDS): que identifican patrones anómalos en la red.

Formación y cultura de ciberseguridad

La concienciación es una de las barreras más efectivas frente al phishing. Un programa de formación eficaz debe incluir:

  • Sesiones periódicas de capacitación adaptadas a diferentes perfiles dentro de la empresa.
  • Simulacros de phishing para medir la capacidad de respuesta.
  • Políticas claras sobre la verificación de solicitudes sensibles.
  • Fomentar una cultura donde reportar sospechas sea rápido y sencillo.

Como señalan desde el Centro Criptológico Nacional, “la ciberseguridad es tan fuerte como el eslabón humano más débil”.

Protocolos de respuesta ante incidentes

Contar con un protocolo de actuación en caso de recibir un ataque de phishing es vital para minimizar el daño. Dicho protocolo debe contemplar:

  • Instrucciones claras para reportar incidentes.
  • Aislamiento inmediato de los sistemas afectados.
  • Revisión de accesos comprometidos y cambio de contraseñas.
  • Notificación a las autoridades competentes si corresponde (como INCIBE o la AEPD).

Evaluación constante de riesgos

La lucha contra el phishing debe ser dinámica. El panorama de amenazas evoluciona constantemente, por lo que es crucial:

  • Actualizar los filtros y políticas de seguridad con regularidad.
  • Evaluar el comportamiento de los empleados mediante auditorías internas.
  • Implementar inteligencia de amenazas para anticiparse a nuevas variantes de ataques.

Inversión en seguridad como decisión estratégica

Prevenir el phishing no es solo una medida técnica, sino una decisión estratégica. Las consecuencias de un ataque exitoso pueden ir desde pérdidas económicas hasta el deterioro de la reputación de la marca. Las empresas que invierten en formación, herramientas y procesos de seguridad no solo protegen su información, sino también la confianza de sus clientes.

Como afirma el Instituto Nacional de Ciberseguridad: “Protegerse del phishing es una responsabilidad compartida entre la tecnología, los procesos y las personas”. Con esta visión integral, cualquier empresa, sin importar su tamaño, puede convertirse en un entorno más seguro frente a una de las amenazas más extendidas del ciberespacio.

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